domingo, 16 de noviembre de 2014

Gestión Clínica: Estabilidad y Suficiencia presupuestaria + Buen Gobierno + Instrumentos... y orillar enredos gremiales sobre quién debe ser el jefe.


La Gestión Clínica es útil y necesaria siempre y en todo caso, porque responde a una necesidad de fundamentar, coordinar y mejorar la práctica clínica; pero su vuelo será corto si no se crean las condiciones para que se desarrolle:

  1. Tras cinco años de crisis y recortes presupuestarios, es la hora de crear un escenario de recuperación de la confianza: marco presupuestario suficiente y estable; abolir esta absurda promesa de Montoro a Bruselas de reducir el gasto sanitario público al 5,3%; y dejar de dar sustos de recortes súbitos a lo largo de cada año: estabilidad significa presupuestos realistas y negociados, que sirvan para gestionar; y no juego de espejos donde nunca nadie sabe lo que se tiene o lo que se debe. Simplemente trasparencia: saber todos las reglas de juego antes de empezar a jugar.
  2. Y para gestionar se necesitan gestores profesionales y con autoridad; no gerentes nombrados a dedo y timoratos ante cualquier brizna de aire político que pueda moverles la silla; es lo que llamamos gerentes cortesanos, que prestan más atención a los gestos, el humor, y los caprichos de los altos cargos políticos que al clima organizativo de sus centros sanitarios; son también gerentes atolondrados, porque no tienen señales claras para trabajar: si recortan como quiere Hacienda surgen enfados y a veces problemas serios; y entonces les cesan por mala gestión; si no recortan también pueden cesarle por no cumplir los objetivos de gasto; la mejor apuesta es dejarse ver en las moquetas del poder y en los canapés de la industria, para blindarse ante riesgos de discontinuidad laboral.
  3. Y también para gestionar se necesitan instrumentos: de gestión económico presupuestaria, de personal y de compras y contratación; y los principales han sido secuestrados por las Consejerías de Hacienda y Función Pública; cuando se trasfirió la competencia sanitaria, las autonomías la absorbieron con fruición para engrandecer con su dinero y su personal el proyecto imperial de creación de mini-estados (y no me refiero sólo a las CCAA históricas); y dejaron a las autoridades sanitarias autonómicas y a los gerentes de primera línea para hacer como que gestionaban, forzándoles a dar la cara ante los problemas, y obligándoles como loritos a repetir los mantras político-técnicos al uso en cada lugar (agravios históricos y desigualdades injustas con los vecinos incluidas).


Por lo tanto: prescribiríamos Buen Gobierno con sus cinco componentes: Rendición de Cuentas, Trasparencia, Participación, Inteligencia e Integridad; con ellos conseguiríamos crear órganos de gobierno colegiados en los centros sanitarios, contratos de gestión creíbles y enlazados con el presupuesto,  directivos profesionales que son nombrados y reportan al órgano de gobierno y al contrato de gestión establecido, y un clima laboral centrado en la cantidad y calidad de los servicios producidos, y en su impacto en la salud de pacientes y población (si... en esas cosas para las que se supone que estamos, y de las cuales nunca se habla).

Contra lo que se suele pensar, opino que la Gestión Clínica no es hacer las cosas más difíciles, ni aprender economía ni matricular a los médicos en una escuela de negocios para que sepan derecho y contabilidad. Muy al contrario; se trata de DE-CONSTRUIR la estéril jungla burocrática y la insensata complejidad gerencialista; combinación peligrosísima porque nos deja paralizados, inermes y sin capacidad de respuesta.

Ah... y otra cosa... la Gestión Clínica también la podemos estropear desde dentro; por ejemplo con esta tontuna de empezar a discutir si un enfermero, un farmacéutico, un biólogo o un lo que sea pueden ser o no JEFES. Suena un poco a eso de pelearse por la piel del oso antes de haberlo cazado. La medicina actual es muy compleja; en los próximos 20 años se hará más multiprofesional y los procesos asistenciales se enriquecerán con la participación de diferentes profesiones y especialidades.

Sabemos que los médicos tendrán un inevitable liderazgo: no porque lo digan las leyes, o porque lo reclame un colegio o un sindicato. Es porque en la naturaleza de la profesión médica está la decisión clínica total e integradora, que incorpora de manera holística y dinámica la comprensión de las necesidades del paciente (lo que la medicina podría hacer en condiciones óptimas), los medios existentes en un momento y lugar concreto (lo que la red sanitaria tiene en funcionamiento), y las demandas y preferencias del paciente. 

Ningún otro profesional va a poder hacerlo (ni a querer hacerlo); porque esto entraña un tipo de responsabilidad feroz y sobrecogedora, de esas que luego no ayudan a conciliar el sueño; de hecho muchos de los médicos intentan vanamente escapar de este destino a través de la superespecialización y trasmutación en tecnólogos.

El riesgo no es que una enfermera "nos mande"; la probabilidad de que esto ocurra es baja (o bajísima); pero la probabilidad y peligro grave y real es que un GERENTE CORTESANO, aliado con una CONSEJERÍA DE PARTIDO POLÍTICO, se meta por medio para que las jefaturas de unidad clínica se politicen y queden capturadas por esta venenosa tendencia; el JEFE CLÍNICO CORTESANO es el verdadero peligro; que juntado con la INTERINIDAD masiva, y la mala calidad de empleo, se tornaría en un modelo de REINOS DE TAIFAS de especialidad, emulando lo peor de los cotos cerrados de las cátedras de universidad.

Por eso creo que la receta de BUEN GOBIERNO es la fundamental; e incluso recomendaría a la medicina que fuera generosa e inclusiva con otras profesiones, compartiendo legitimación y respeto, evitando menosprecios y hostilidad, y señalando el camino que inevitablemente debemos recorrer juntos.
   


jueves, 6 de noviembre de 2014

La Big Pharma quiere salvarse de los recortes a costa de los demás...


Ante el anuncio realizado ayer por el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas sobre un posible acuerdo con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para fijar un techo al gasto farmacéutico para que no crezca más que el Producto Interior Bruto (PIB) de España...

Parece que la Big Pharma mueve ficha para salirse del cuadro de recortes general... 

Y para ello busca acuerdos en las moquetas de los ministerios que le permitan seguir creciendo; eso sí, como tienen mucho dinero para engalanar las propuestas (y a veces para engrasar voluntades en puertas giratorias), nos lo venden como INNOVACIÓN.

Los médicos y otros sanitarios ya han aprendido de estos cinco años de crisis que todo lo que se lleve la "Botica" es a expensas de la "Batica"; porque los de la Bata ya saben que el dinero ni se crea ni se destruye, sino que cambia de bolsillo. Y de ahí el excelente texto de posicionamiento que hoy sale del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, que para darle difusión personal, trascribo abajo...

Curioso mundo postmoderno..


Madrid, 7 de noviembre 2014 (medicosypacientes.com)

Ante el anuncio realizado ayer del Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, recogido por diversos medios de comunicación, sobre un posible acuerdo con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para fijar un techo al gasto farmacéutico para que no crezca más que el Producto Interior Bruto (PIB) de España, la Organización Médica Colegial, institución representativa de la profesión médica en España, quiere expresar lo siguiente:

"Entendemos que garantizar al sector farmacéutico un techo de gasto en el Sistema Nacional de Salud, vinculando el mismo al crecimiento del PIB de España, más allá de su legitimidad política y social, es difícilmente compatible con los objetivos de Estabilidad Presupuestaria y con las medidas de reducción de los gastos farmacéuticos que se contemplan en los Presupuestos Generales del Estado-2015.

Hay que recordar que el propio Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas en el Plan de Medidas 2015-2016 se pronuncia en los siguientes términos: "Tienen especial relevancia las medidas en materia de gasto farmacéutico donde todavía el potencial de ahorro es elevado, así como el ahorro relacionado con la prestación de servicios y suministros en materia de conciertos, subvenciones y transferencias."

Consideramos que transitar desde un gasto sanitario público consolidado del 6,74% PIB en 2009, a una previsión para el 2017 del 5,3% del PIB de acuerdo con el Programa de Estabilidad 2014-2017 y con el escenario macroeconómico establecido por el Gobierno de España, no es razonablemente explicable desde la lógica económica y presupuestaria, si se pretende a su vez garantizar el nivel de gasto farmacéutico anteriormente señalado, salvo que se continúe con una política de devaluación interna salarial y una pérdida estructural de puestos de trabajo sanitarios.

Por tanto, desde la ética pública y social, consideramos que estas iniciativas gubernamentales son inaceptables y, por consiguiente, la Organización Médica Colegial asumirá las responsabilidades institucionales y profesionales que le correspondan para seguir con el compromiso incondicional de defensa del Sistema Nacional de Salud y de su sostenibilidad para las próximas generaciones, todo ello desde la legitimidad de nuestro Contrato Social de ciudadanía sanitaria.


domingo, 2 de noviembre de 2014

Entre lo malo, lo regular, lo testimonial y lo incierto... al hilo de una semana de corruptos y un fin de semana de encuestas...



Entre lo malo, lo regular, lo testimonial y lo incierto... al hilo de una semana de corruptos y un fin de semana de encuestas...

Supongo que no sólo me pasa a mí. Cuando más reflexiono menos claro lo tengo. Aunque algunas dudas sí que las voy despejando:

1- Que el Partido Popular ha naufragado en su intento de constituir un centro-derecha moderno, equilibrado y capaz de ofrecer confiabilidad y estabilidad, aunque sea en detrimento de un gradiente mayor de inequidad social.

A los Populares se les ha disuelto el esquema por la vía de la picaresca y el latrocinio: tanto el estructural (el juego de ventaja de aprovecharse del dinero B para mantener infraestructuras, sobre-sueldear a sus líderes  y sobre-financiar campañas), como luego en el juego gubernamental: el abandono del interés general en Valencia y Madrid ha sido tan descomunal y visible que ha roto los diques de contención y anegado los argumentos habituales de congelación de problemas. A partir de aquí los intentos patéticos de ocultar los cadáveres en los armarios, y pensar en llegar indemnes a las siguientes elecciones; se ha perdido el oremus y el barco navega a la deriva... sólo queda el instinto partidario de salvarse como "sociedad de ayuda y socorro mutuo" de sus dirigentes y burócratas. 

2- Que los socialistas hace tiempo renunciaron a hacer Política con mayúsculas, y abandonaron el campo de la reforma social y la regeneración política y moral. 

Es verdad que cuando se ha surfeado en la ola del crecimiento económico de la burbuja, han favorecido la apropiación de rentas por parte de los menos favorecidos (ej.: dependencia). Pero ZP gobernó sin pinchar la burbuja, ignorando que el crecimiento era falso, pro-cíclico, insostenible; que no habitábamos ya para siempre en el paraíso terrenal, donde no hace falta talento ni sacrificio en la gestión. Y se vino arriba contagiándose de la imperial tontuna de la marca España y de ser la décima potencia económica del mundo mundial. Pena que los socialistas lleven tanto tiempo con el desarrollismo y el crecimiento del PIB como fin en sí mismo...  que ha suplantado el bienestar, la cultura, la cohesión y capital social, etc. (demasiadas lecturas de macro-economía, y pocas de pensamiento filosófico, científico, político y social). 

Por ejemplo, el abandono de las políticas de ayuda a la dependencia no ha sido sólo un problema del PP: estaba inscrito en el genoma de la  chapuza de Caldera y Solbes, que no fundamentaron esta cuarta pata del Estado del Bienestar en un modelo sostenible de obtención de recursos.  

En sanidad uso siempre el mismo ejemplo: el PSOE sigue sin impugnar el privilegio de los funcionarios en su cobertura sanitaria (MUFACE y otros regímenes del Mutualismo Administrativo), que les permiten fugarse con dinero público bajo el brazo a la sanidad privada. Este privilegio es impresentable y rompe cualquier molde de política social: pero sus señorías parlamentarias son mufacianos que no están dispuestos a quitarse una "conquista histórica"... ni siquiera están dispuestos a un modesto "MUFACE a extinguir". 

Con esta falta de política basada en inteligencia y valores no parece extraño que los reclamos de regeneracionismo sean escuchados como prédicas de vendedor de crecepelo; ¿para cuándo SENADO OUT?; o cuando menos ¿SENADO MINI?... ¿imposible el hara-kiri?...   bueno, pues luego no quejarse...


3- Las izquierdas unidas del Siglo XX (no del XXI) traen un equipaje abultado tanto de ideas como de burocracias políticas y sindicales que no está claro de en qué medida son útiles para el mundo actual. Un mundo que se ha hecho Norte-Sur, más que Este-Oeste; donde el mercado de trabajo se ha dualizado y el empleo de calidad se ha convertido en una nueva aristocracia obrera, cada vez más delgada, pero bien representada y articulada en lo sindical y en el imaginario orgánico de la izquierda. Ecologismo y feminismo son mucho más que adornos, y tampoco se articulan bien con el discurso anquilosado del obrero industrial; lo mismo que los derechos civiles e individuales. 

Más allá... vivir en la dignificante oposición política con carácter indefinido, puede no ser la tragedia que todos piensan... enquistarse en la función de tocapelotas y Robin Hood también acaba convirtiéndose en un modo de vida. Repensar la realidad actual es un ejercicio doloroso, como cualquier proceso que exige alterar nuestras rutinas.


4- Y aquí aparece el inclasificable 15M y su secuela política PODEMOS;  inmejorable la explicación de Antoni Gutiérrez Rubí en El Pais... http://blogs.elpais.com/micropolitica/2014/11/por-que-podemos-puede.html

Y cuando me acerco a leer sus iniciales ideas, programas y propuestas, me invade una desazón complicada de explicar: por una parte, la certidumbre de que este movimiento es el único elemento nuevo que puede aportar energía para evitar el descarrilamiento de España como proyecto de país decente y habitable; pero también el pánico a pensar que el gobierno fiscal, institucional, sanitario, educativo, de servicios sociales, etc. está colgado de unas propuestas escasamente trabajadas, internamente poco consistentes, y sin arquitectura de cuadros para ponerla en marcha. 

Los procesos de decisión participativos no resuelven la complejidad técnica de las decisiones; le otorgan una importante validez procedimental. Pero cuando uno ha tenido experiencia de gobierno y gestión, sabemos que conciliar intereses enfrentados en entornos de escasez de recursos exige valores pero también talento y pericia. Como en una comunidad de vecinos. Y, honestamente, no veo clara la ruta para montar en pocos meses programas, cuadros y proyectos de gobierno general y sectorial.

¿Qué hacer?... lo ignoro; por el momento presto mi humilde contribución a todos los que quieran escuchar mis propuestas y proyectos para la sanidad, que es el mundo donde habito...

En todo caso, ya con la edad vamos descubriendo que en la vida las opciones son siempre contradictorias; que lo bueno, bonito y barato no existe; sé bien que no quiero lo malo; que ya no me fío de lo regular; que lo testimonial me parece cuestionable; pero que lo incierto puede ser un salto al vacío.


¿Otra vez sin saber dónde meter el voto en las próximas autonómicas y locales?; así vamos...