lunes, 30 de junio de 2014

Mercaderes, Cínicos, Doctrinarios, Inquisidores y Conspiranóicos... mejor lejos de la sanidad



Reproduzco para los seguidores de este blog el artículo publicado hoy en la revista de la OMC "Médicos y Pacientes"... http://www.medicosypacientes.com/articulos/opinion1714.html


Muchas son las tribus que abundan y sobran en la Medicina y en la Sanidad:

-Los Mercaderes que hacen negocios con la salud de la gente, deben estar confinados a espacios periféricos y visibles donde no puedan causar destrozos: donde la oferta ni induzca ni manipule a la demanda o a la necesidad; donde el ánimo de lucro no sea corrosivo; donde la ambición por enriquecerse no llegue a corromper el corazón del sistema...

-Los Cínicos y descreídos también están sobrando. Porque sólo profesando valores e implicándose a fondo, la medicina puede hacer el milagro de la transustanciar pesadillas en sueños, cargas en retos, y tedio en realización...

-Los Doctrinarios, cuyas convicciones se enquistaron como prejuicios hace mucho tiempo, sólo saben mirar el retrovisor  y pontificar verdades eternas; su curiosidad se ha ido atrofiando; su miopía para ver más allá de una brazada es irreversible; empeora su sordera para escuchar a otras voces; y para colmo cada vez chillan más impidiendo la conversación y el diálogo de los demás.

-Los Inquisidores son doctrinarios más agresivos y peligrosos, porque adolecen de la tolerancia y empatía mínima, y llegan a la peligrosa frontera psicopática donde no se distingue entre la negación de una idea y el exterminio de quien la atesora.

-Si los inquisidores fallan en la empatía emocional, los Conspiranóicos añaden un sectarismo cognitivo que les lleva a deformaciones extravagantes de la realidad para ajustarla de menera confortable al argumentario de su conveniencia; no importa lo inverosímiles que sean complots y contubernios, porque excitar el miedo al monstruo exterior siempre ha sido rentable para esta gran tribu neolítica que somos los humanos.

La medicina y la sanidad es territorio frágil, complejo, cambiante. Necesita atraer talento, animar el diálogo para engendrar la verdad compartida, fomentar la tolerancia, alimentar la curiosidad, favorecer el optimismo, estimular la confianza mutua, la generosidad, la reciprocidad, el apego a la tarea bien hecha, la compasión con el error ajeno, la crítica del fallo propio... Sin estos atributos esta profesión nuestra no puede funcionar...

Tenemos que alejar estos perfiles tóxicos; pero también conjurar estos fantasmas que también anidan en el interior de todos y cada uno de nosotros. Y para ello contamos con tres aliados: Ciencia, Tolerancia y Organización.

-La Buena Ciencia es nuestro aliado fundamental, y un amigo fiel que no nos fallará: porque el método científico es un conjunto de reglas lógicas que se alzan como restricciones y barreras al autoengaño y la superchería; a estas alturas debemos ser ya conscientes del enorme talento que tenemos los humanos para engañarnos y engañar a otros. Para hacer valer nuestros deseos, preferencias, intereses y convicciones, somos capaces de torcer la realidad sin ningún atisbo de conciencia o pudor. La ciencia es la moneda de cambio que nos permite presentar nuestras ideas a otros y recibir las suyas, sometidas a una narrativa lógica y de validez universal.

-La Tolerancia aliada con la curiosidad y la empatía nos ayudan a encontrar la verdad que habita en el interior de los demás; es un puente sobre las aguas turbulentas del individualismo, el egoísmo y el sectarismo.

-Y la Organización nos permite construir una casa común que haga más difícil el comportamiento cainita, y favorezca la virtud: a esto llamamos ahora principios de "buen gobierno"... trasparencia, participación, rendición de cuentas, integridad y ejemplaridad,  e inteligencia para la gestión de lo común...

La virtud es tarea individual pero también compromiso colectivo: y lo tendremos más fácil si alejamos del corazón de la medicina y del sistema sanitario a mercaderes, cínicos, doctrinarios, inquisidores y conspiranóicos.

martes, 3 de junio de 2014

INFORME SESPAS 2014 SOBRE CRISIS ECONÓMICA Y SALUD... ya disponible...


Por fin sale el INFORME SESPAS ...


INFORME SESPAS 2014: CRISIS ECONÓMICA Y SALUD…





Os invito a leer mi artículo... 

http://www.gacetasanitaria.org/es/cambios-regulacion-gobierno-sanidad-informe/articulo/S0213911114000910/#


Ahí va el resumen

Cambios de regulación y de gobierno de la sanidad. Informe SESPAS 2014
José R. Repullo
Escuela Nacional de Sanidad, Instituto de Salud Carlos III, Madrid, España
Resumen

La crisis económica y fiscal del año 2008ha irrumpido en el debate de la sostenibilidad sanitaria; en algunos países, como España, se han impuesto duras políticas de consolidación fiscal y austeridad en los servicios públicos. 

El marco institucional y de gobierno del Sistema Nacional de Salud (SNS) tras las transferencias de 2002 tenía importantes debilidades, no evidentes en la etapa de crecimiento rápido, pero que eclosionan a partir de 2010. 

En este trabajo se exponen los cambios en regulación y gobierno desde la perspectiva estatal y del SNS, tanto los de carácter general (con clara iniciativa de las autoridades económicas) como los más específicos de la sanidad. 

El Real Decreto Ley 16/2012 supone la pieza central de la austeridad sanitaria, pero también implica una ruptura con consensos políticos existentes y un retorno a modelos de seguridad social. La caracterización de la austeridad sanitaria explora los impactos en el ahorro, en los servicios y en el modelo sanitario, aunque la información disponible sólo permite algunas consideraciones indicativas. 

Las conclusiones inciden en la necesidad de cambiar la senda de recortes lineales, acelerados y radicales, aportando un marco temporal para aplicar reformas en clave de sostenibilidad interna; a tal efecto se plantea la conveniencia de restaurar consensos políticos e institucionales, de enfatizar el trabajo en gestión clínica y la desinversión de servicios inapropiados (aproximación a la profesión médica y activación de su papel microgestor), y de crear los marcos de buen gobierno e innovación organizativa que den soporte a estas reformas estructurales.


lunes, 2 de junio de 2014

El médico no puede entrar o salir de la gestión clínica, porque es parte del nuevo profesionalismo...

Reproduzco aquí el artículo de Diario Médico con una referencia a mis reflexiones sobre la gestión clínica...
https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=1509204132286415744#editor/target=post;postID=7341351981699703135


XXI CONGRESO DE SEMG

Repullo: "El médico no se puede desentender de la gestión clínica"

Uno de los puntos en los que coindicen los decálogos sobre gestión clínica presentados por CESM, Facme y el Foro de Primaria es que la integración del personal en estas unidades sea voluntaria, un error en opinión de José Ramón Repullo, jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad.
N. Monsó. Madrid | nuria.monso@diariomedico.com   |  02/06/2014 00:00

Uno de los puntos en los que coinciden los decálogos sobre gestión clínica presentados por CESM, Facme y el Foro de Primaria es que la integración del personal en estas unidades sea voluntaria, un error en opinión de José Ramón Repullo, jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad: "Los médicos no se pueden desentender de la gestión: el profesionalismo médico del siglo XXI exige que organice sus funciones de forma inteligente, basada en la evidencia, de forma cooperativa y trabajando por procesos". Repullo participó en el debate sobre gestión clínica organizado por SEMG, en el que también intervinieron el presidente de esta sociedad, Benjamín Abarca; Francisco Miralles, secretario general de CESM, y Francisco José Saez, del Grupo de Gestión de la SEMG.
Repullo puntualizó que "la gestión clínica es la buena medicina clínica. La LOPS habla de que la gestión no incluye sólo funciones directivas, sino también las tutorías a residentes y la investigación: lo que podemos llamar medicina cooperativa y de calidad".
Sobre si los profesionales están preparados formativamente para tomar las riendas de la gestión clínica, Repullo apuntó que sí necesitarían algún tipo de formación: "Con su formación superespecializada, les hemos aportado una mirada efectiva sobre una parcela de realidad muy pequeña. Necesitamos ejercitar el músculo de la síntesis, no del análisis, que lo tienen plenamente desarrollado. Por eso desde la Escuela Nacional de Sanidad lo que buscamos es estimular una visión de conjunto".
No obstante, rechaza que la gestión sólo se pueda abordar "desde el conocimiento sofisticado, lleno de economía y organización, de sutilezas gerenciales. La gestión clínica es la buena medicina de siempre que tiene en cuenta la dimensión poblacional y epidemiológica, la aportación del diagnóstico, la evaluación de tecnologías e intervenciones; se refiere, en definitiva, a decisiones médicas."

domingo, 1 de junio de 2014

Paradojas y necedades en torno a la Gestión Clínica: reflexiones desde el congreso de la SEMG de Sevilla.


Paradojas y necedades en torno a la Gestión Clínica

Paradojas del debate...

Tras cada debate sobre la conveniencia o los riesgos de desarrollar unidades de gestión clínica en nuestros hospitales y la atención primaria, me viene a la cabeza la historia hindú de los ciegos que palpan un elefante y refieren analogías totalmente divergentes según la parte del cuerpo que tocan (pata=pilar, cola=cuerda, trompa=rama, oreja=abanico, panza=pared, y colmillo=tubo).

Unos hablan de profesionalismo, implicación, responsabilidad y autonomía; otros temen más presión, menos recursos, y más austeridad auto-infligida; la línea entre colaboración y colaboracionismo es estrecha y sutil...



Ayer estuve en el congreso de SEMG, en Sevilla; y aunque veo que se va avanzando en perfilar aspectos interesantes de profesionalismo y buen gobierno, lo cierto es que existe desconfianza en las autoridades. Visto el tema con panorámica general, me sigue sorprendiendo lo enconado del debate que no se corresponde con algunas experiencias y percepciones de la realidad.

En concreto me llama la atención lo siguiente: en el norte de España crece la desconfianza: la gestión clínica es para ahorrar, para echarle otra tarea a los médicos en la mochila (lo de la sostenibilidad); o peor, para fragmentar primero y privatizar después la sanidad.
Sin embargo, en el sur de España miran boquiabiertos, porque se supone que llevan diez años con eso de la gestión clínica y el resultado es que nada de lo anterior ha ocurrido, pero tampoco notan que las cosas buenas que se supone traía el nuevo modelo se hayan evidenciado.

Bien... en mi modesta opinión, no deberíamos esperar soluciones milagrosas a nuestros graves y complejos problemas; ningún marco organizativo nuevo garantiza el éxito, aunque algunos que hoy tenemos aseguran el fracaso. Pero es verdad que en esta tesitura no debemos aceptar cualquier producto que nos traigan... siempre ha habido legión de vendedores de crecepelo.

Pero sí creo que para el buen gobierno y la buena gestión nos falta la tercera pata: macrogestión (sistema), mesogestión (función directiva en lás áreas y centros sanitarios), y ... microgestión... en los equipos asistenciales que interaccionan con los pacientes cada día.

El fortalecimiento de este espacio de micro-gestión es complejo y exigirá modelos heterogéneos; posiblemente habrá Áreas de Gestión Clínica que agrupen varios servicios de especialidad y unidades afines de servicios centrales; también agrupaciones funcionales para gestionar grupos de procesos muy especializados (las clásicas unidades de trasplante, pero también las nuevas unidades de mama, de ictus, etc.); seguramente veremos algunas intercentros, bien como factorías quirúrgicas (concentración de cirugías electivas para alto rendimiento), bien como unidades de alta especialización; y también ocurrirán cosas como que un hospital nodriza (subregional y terciario), crea espacios de intercambio de facultativos y de pacientes con sus hospitales menores satélites (como forma de compensar tantos hospitales de proximidad con tan difícil cobertura y motivación de sus profesionales).

Con toda esta diversidad posible, es claro que precisamos dos cosas: flexibilidad (para que la herramienta se adapte al territorio); y legitimidad, por la cual la trasformación tiene que tener un fuerte componente de abajo arriba (bottom up).

El sur de España:

Quizás en el caso andaluz se hayan quedado cortos en ambos ingredientes; la tradición sanitaria del sur tiende al despotismo ilustrado: "command and control", que dirían los politólogos; muchos conocidos míos (de la bata y de la gestión), viven la paradoja andaluza: saben que la continuidad política y administrativa, y la lealtad al concepto de servicio público tiene cosas buenas (sólo hay que asomarse a Valencia o Madrid para sufrir lo que es el verdadero vértigo de ver a castas políticas que abandonan el interés general); pero también experimentan la clásica desconfianza de las burocracias políticas y administrativas de izquierdas ante la autonomía profesional: prevención ante la bata...

Estas suspicacias contrastan con la notable evolución que ha tenido el cuerpo profesional de la medicina en los últimos 20 años; los resabios actuales remiten más a la generación de médicos de los años 80, que fue muy contraria a las reformas que llevaron al Sistema Nacional de Salud; pero la actual cohorte joven tiene como principal deseo consolidar su carrera profesional y proyecto vital en un entorno laboral público.

Sin querer meterme mucho donde no me llaman: sugeriría para los andaluces un diálogo que renueve el contrato social implícito entre políticos, gestores y profesionales (particularmente en este caso los médicos); veo muchos puntos de confluencia, y demasiadas reticencias evitables con un trabajo serio y generoso.

El Norte de España

¿Y qué hacer con los que ven todo tipo de fantasmas en el avance de la gestión clínica?; difícil tarea, porque nada se puede construir con este terreno embarrado de desconfianza. No creo en la conveniencia de que el Gobierno de España se marque otro Real Decreto Ley (o sin Ley)... de esos que sacan de pronto y sin avisar a nadie: porque aquí hace falta construir de abajo a arriba, y porque las competencias estatales son prácticamente inexistentes en lo que se refiere a la forma de organizar los centros y servicios sanitarios.

Pero el Ministerio de Sanidad tiene mucho que hacer a la hora de facilitar que tanto en el foro de la profesión, como en otros foros, y con los sindicatos, maduren las condiciones y garantías básicas que facilitarían un avance local del profesionalismo y el fomento de la autonomía de los micro-sistemas clínicos.

Y yo haría un llamamiento a los defensores de la sanidad pública y a sindicatos como CCOO y UGT a no alimentar fáciles pero engañosos debates: bien está curarse en salud y avisar que no se tolerarán intra-empresas hospitalarias (Áreas de Gestión Clínica con personificación jurídica); pero no se puede rechazar un modelo ante presunciones y riesgos de privatización; se puede y se debe señalizar el camino, y pedir garantías; pero no debe paralizar una evolución necesaria y conveniente.

Porque el escenario actual dista mucho de ser apropiado para los profesionales; las abundantes garantías formales contrastan con el imperio del poder organizativo de los Jefes de Servicio, y la fragmentación atroz en 42 especialidades médicas hospitalarias. Por ejemplo, un sistema muy regulado de selección formalmente meritocrática, tiene en el reverso de la moneda largas temporadas sin concursos, con interminables interinidades que refuerzan los virreinatos de especialidad, y hacen que luego los concursos-oposición sigan la senda de la designación interina previa en la mayoría de los casos.

Mejor sería hacer propuestas de cómo organizar los microsistemas clínicos desde la perspectiva de los agentes sociales, y que condiciones básicas de calidad de empleo mejorarían la actual situación.

Y otros debates necios:

¿Podemos complicar y confundir un poco más el debate?... sí... siempre se puede empeorar; por ejemplo poniéndonos a discutir si una enfermera puede ser jefa de una unidad de gestión clínica. O un fisioterapeuta, o una matrona, un físico, o un químico, o un farmacéutico, etc... Bien; si lo que se busca es torpedear el proceso, nade mejor que un buen lío de debate gremial. Daré mi opinión... después de haber visto cómo va el asunto por otros países...

Mi opinión es que con carácter general la función directiva unipersonal en las Áreas de Gestión Clínica (agrupaciones inter-servicios de especialidad) debería ser desempeñada por un facultativo médico con experiencia clínica amplia y diversa y con una formación básica en gestión de unidades asistenciales; y que el método de elección permitiera reclutar la legitimidad de los demás profesionales de la unidad. Pero también diría que con carácter excepcional podría ser otro profesional no médico; siendo, en este caso necesaria la existencia de una dirección científica y técnica para solventar problemas que exigen los conocimientos propios de la medicina y sus especialidades.  

En algún país que he visitado me sorprendió ver que los facultativos a veces no tenían muchas ganas de emplear su tiempo en tareas directivas; preferían orientar su talento y competencias a la acción clínica (especialmente los cirujanos); y en algún caso una enfermera bien formada asumía esta función, con la ayuda de un médico al que recurría ante temas de excedían de su capacidad científica o técnica. Bottom up... de abajo a arriba; solución local que no afecta a la norma o costumbre general. Debemos dejar alguna puerta abierta por la enorme "biodiversidad" de nuestras complejas, dinámicas y variadas organizaciones.

Pero dicho lo anterior, creo que con la cultura organizativa dominante, no interesa en absoluto ejercer la excepcionalidad; para fortalecer la idea de reorganizar los hospitales en Áreas de Gestión Clínica, conviene y mucho colocar a un médico al frente; un médico excelente, de visión amplia y con capacidad de relación horizontal con otros servicios y unidades; ante la fragmentación clínica, el talento relacional es un elemento vital para que los débiles y amenazados proyectos de cambio en los microsistemas puedan llegar a nacer y desarrollarse.