domingo, 12 de enero de 2014

Porqué no puedo ser del PSOE de Felipe González


Hay cosas como éstas que siempre me han tenido apartado de la “main-stream” (corriente dominante) de la izquierda política española…

El expresidente del Gobierno Felipe González ha anunciado este jueves en Sevilla que dejará el  puesto en el consejo de administración de Gas Natural que ocupa desde 2010 cuando termine el periodo para el que fue elegido "no porque haya incompatibilidades, sino porque es muy aburrido".

"Me interesaba conocer el tema de la energía, me hubiera ido mejor asesorando a empresas con domicilio fiscal en las islas Caimán", ha ironizado González, que ha asegurado que dejará el puesto pese a que ha cumplido no sólo con el régimen de "las incompatibilidades legales, sino las éticas". Cuando se hizo público su fichaje se informó de que cobraría 126.500 euros brutos por su labor.


En efecto: éste líder, Felipe González, dotado de una gran inteligencia y habilidad política, sufría de una fobia al “izquierdismo” que eclosionó en cuanto empezó a gobernar, y de una anemia moral que se ha ido evidenciando con el tiempo.

De lo primero surgió la querencia a un estado de bienestar chiquitito y baratito; la sanidad no se acabó nunca de universalizar por la orientación natural de la socialdemocracia Gonzalo-Solchagiana (de inspiración germánica, a lo Willy Brandt) estaba muy cerca de la beneficencia y el mutualismo laboral… y así luego la verdadera derecha lo ha tenido tan fácil. Qué diferente hubiera sido con el modelo de referencia de la socialdemocracia nórdica (universalismo suceco a lo Olof Palme), que nos hubiera permitido quizás combinar un concepto sólido de ciudadanía, con un ánimo reformista de nuestro corrupto y semifeudal sistema institucional. 

De lo segundo (anemia moral), sorprende el cinismo brutal de las anteriores declaraciones… resulta que Gas Natural parece abonarle una altísima cantidad (15  veces el salario mínimo interprofesional) para que este consejero sacie su curiosidad por el tema de la energía…  Creo que si esto fuera así, habría una cola de 46 millones de españoles que encontrarían realmente fascinante el tema de la energía

A mayor engreimiento, nuestro expresidente parece mirar la precitada cantidad como calderilla… no sólo no le interesa la energía, sino que tampoco el dinero le pone… las Islas Caimán le hubieran pagado mucho más… supongo que también por saciar su curiosidad sobre cómo se evade dinero del fisco español.

Hace poco a Rubalcaba le sacaron los colores con este mismo tema… un periodista y politólogo llamado Pablo Iglesias (curiosa paradoja), con un listado de nombres de políticos socialistas que han usado la puerta giratoria…

Mientras en el PSOE no depure estas situaciones, y se ponga en tratamiento a su fobia a la izquierda y a su anemia moral, va a ser difícil que me vean en dicho club. Y la patética defensa de Alfredo Pérez Rubalcaba de que sus compañeros vuelven a “su profesión” (¿electricistas y gasistas aburridos?), no abre muchas esperanzas a la rectificación. Algunos líderes regionales como Tomás Gómez, al que he tenido oportunidad de conocer, aportan esperanza de que algún cambio sea posible. Pero confieso que no soy optimista, porque los aparatos partidarios acaban imponiendo su mediocre y corrupta realidad (como élites extractivas tienen toda la motivación y todo el tiempo del mundo para torcer y bloquear los procesos de cambio y regeneración política).

Que conste que mi no afiliación partidaria no creo que sea por vanidad o por sentirme por encima del bien y del mal… la vivo como un problema, especialmente en este momento tan duro para nuestra sociedad, en el que se requiere mucha acción política y de calidad. Es que las opciones actuales me disgustan profundamente… y me quedo paralizado ante una Izquierda Unida anclada en la primera mitad del Siglo XX (aunque me cae simpático Llamazares), ecologistas vocacionalmente testimoniales, y mareas indignadas antipolíticas de imposible encuadramiento…   

Confieso (con peligro de anatema), que también encuentro personas razonables  dentro de la órbita del Partido Popular (pocas y en extinción, lamentablemente) que dicen cosas sensatas, y que tienen lógica en la acción de gobierno.

Y los movimientos sindicales, profesionales y cívicos los veo muy miopes y maniqueos: el aquí y ahora, lo mío, lo inmediato, ellos y nosotros… Esto me inquieta más todavía, aunque me estoy acostumbrando a asumir que mi dificultad de encuadramiento se va a cronificar. Bueno, al menos siempre me quedarán los blogs y las redes sociales para crear y disfrutar de un espacio de libertad y fomento del conocimiento, la conciencia y los valores sociales.



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