viernes, 5 de abril de 2013

Indecente mezquindad la de los poderosos: ¡basta ya!



Estoy de muy mal humor. No creía que las élites políticas de nuestro país tuvieran especímenes de una moral tan laxa y de una conducta tan miserable. Cada día un jarro de agua fría.

Para que no digan: empiezo con el mangoneo en el sur… estas redes sociales que confunden la amistad con tramas de ayuda mutua en los círculos concéntricos del poder político. ¿Cómo es posible que se cuelen intrusos en los ERES?; ¿es normal porcentajes tan grandes por transacciones tan lineales y estructuradas?

El Partido Popular paralizado y envenenado por sus pecados de financiación ilegal (¿pongo presuntos, … verdad que casi que no hace falta?), y contra las cuerdas por los golfos de siempre que parten, reparten y se quedan la mejor parte. 

Me queda clarísimo que la pose reflexiva de Rajoy no es (y posiblemente nunca ha sido) más que una máscara para una genética incapacidad para tomar decisiones, y una fe irracional en que las cosas se resolverán de alguna forma y que no le caerá a él el coste de arreglarlo. Y el Gobierno de España sin otro rumbo que no sea recortar y esconderse como hace el líder Rajoy, bien tras una pantalla de plasma o huyendo de declaraciones ante periodistas críticos.

La casa real…(esta en minúscula por mi agnosticismo regio), no puede estar dando un espectáculo de rapiña borbónica post-moderna más lamentable. Muchos de mi generación (cincuentaymuchos) que preferimos la república, pero no tenemos tasas elevadas de anticuerpos activos frente a la monarquía constitucional, nos estamos empezando a sentir estafados: elefantes, Mata-Haris cortesanas, herencias suizas y tramas testaférricas de las infantas,… y la pus de los emails que brota a la luz pública dejando a la vista la indecencia con la que las castas extractivas se apropian de lo que no es suyo, y que tanta falta hace para alimentar a nuestros compatriotas…

Las autoridades económicas que desprecian la pobreza, que piensan que hay que despojar de ayudas de subsistencia y hacer pagar medicinas, libros, guarderías, etc. para evitar la cultura de la dependencia… ¿se podría recortar sin insultar a la gente?; ¿podrían por favor intentarlo para no añadir estigma social al sufrimiento?.
Algunos idiotas y maleficientes, del gobierno y de la “oposición responsable”, que piensan que es preferible que la gente se vaya con sus enseres a la calle, antes de debilitar una presunta confianza en el mercado hipotecario: no tiren la piedra y escondan la mano: el que diga que debe haber desahucios, tendría que estar presente en todos y cada uno de los que se ejecutan por su acción u omisión.

Hasta el gallego Feijóo (que me parecía una promesa política para contrarrestar a la derechona), nos viene con fotos sepia de pecados de juventud; no me escandalizan estos residuos del atolondramiento, de esas etapas donde algunos no se han acabado de decidir sobre si prefieren ser santos, poderosos o sabios; pero no puedo entender ni aceptar el ocultamiento; ni menos el que haya acusado a otros de aparecer en fotos; odio profundamente este relativismo moral por el que la misma conducta es perdonable si lo hago yo, y condenable si la hace el adversario.  

 Y prefiero no hablar de las rapiñas de los políticos de Madrid; aunque la puerta giratoria de consejeros de sanidad hacia la empresa privada me escandaliza como pocas cosas pueden hacerlo: señores, es inaceptable, por legal que sea, el que se beneficie activamente desde el poder al que luego te acoge en su seno; no es nuevo en la sanidad: la lista de políticos y altos funcionarios (de entornos tanto del  PP como del PSOE) que han migrado hacia la industria farmacéutica, a las constructoras y consultoras, y a otras empresas es tan larga como deprimente; pero hay una diferencia de matiz: algunos van con su oficio (gestores, profesionales, expertos) atraídos por el canto de las sirenas económicas y posiblemente ayudados por el maltrato que les ha producido la interferencia política y las cesantías arbitrarias; pero otros no tienen oficio, aunque por lo que se ve, sí que tienen beneficio. Lo que no puede ser es que se retribuya tan sólo la agenda política, los contactos, los informes sin contenido, las intermediaciones ridículas y triviales… Falsos empresarios que surfean en subvenciones concedidas por sus conmilitones.

Y no me quiero olvidar de la imagen patética de Aznar y Botella, con más de 200 clases de golf en el Club de Campo pagadas por el erario público: ¿es que no se dan cuenta de que esto es un expolio impúdico que destruye el capital social, la confianza en las instituciones, y el obligado compromiso con el interés general que debe tener cualquier servidor público? Se tiene tan internalizado que el político es el dueño del país, o que la sociedad les tiene que estar eternamente agradecida por representarles, que ni se dan cuenta que actúan como parásitos, como élites extractivas que erosionan brutalmente la convivencia colectiva.

Epílogo:

Todas las mañanas, muy temprano, voy a por el periódico, pero la verdadera noticia de la realidad me la da un hombre de unos 50 años que se está vistiendo en el cajero automático, para salir con su carrito y tres bultos enormes, donde debe atesorar los restos del naufragio de toda una vida; no tiene tetrabricks de don simón, ni fuma, ni parece un mendigo profesional; pero cada día le veo más triste y decaído. Cuando le veo, no sé si darle una ayuda o no; porque nunca pide, y a veces pienso que le puedo ofender en la enorme dignidad que emana. Pero lo haré en cuanto le vuelva a ver, porque es evidente que su necesidad es extrema.

Luego leo el periódico, y maldigo a los sinvergüenzas que están estropeando nuestro país. Y que están dejando sin presente y sin futuro a mis hijos.  Toca moverse; toca hacer cosas; basta ya…

Amigos del PSOE… ¿ya tenéis claro si queréis se parte de la solución, o seguir siendo parte del problema? El regeneracionismo es ahora no nunca.

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