martes, 31 de diciembre de 2013

Al filo del nuevo año horrible para la sanidad de Madrid…¿que hemos hecho para merecer esto?


Todo lo que sabemos o hemos podido aprender del comportamiento del “animal político” sirve de poco para la nueva especie que habita en el entorno institucional de la Comunidad de Madrid. Surgieron posiblemente por una mutación singular promovida por la falta de otros depredadores que compitieran en su ecosistema político, así como por el dominio sociológico de clases medias en la metrópoli, que arrastraron a la “clase cutre-alta” en su identificación patética con las élites dominantes.

A falta de adversarios reales, el clan neolítico se sectariza y deriva hacia un dominio absolutista y arbitrario de los que están al mando de la nave: es el “gobernar sin complejos” de Esperanza Aguirre, que encuentra en su desparpajo insidioso una forma de desarbolar y humillar a sus contrincantes.

Toda secta necesita algún discurso que la legitime, por tenue que sea; y el gobierno de la Comunidad de Madrid decidió estirar su identidad liberal, posiblemente por la simpatía sobrevenida de Aguirre con Margaret Thatcher. Dijo Margaret: “¿quien dijo que los conservadores no creemos en la lucha de clases?... no sólo creemos sino que la vamos a ganar” ; y este divertido discurso de vencedores sin fronteras, además permitía tocarle las narices a los “Maricomplejines” del Partido Popular, que liderados por el antilíder Rajoy intentaba mantener unidos con pegamento los grandes bloques de la derecha que configuran la mayoría política y aseguran la preeminencia electoral (derechona ultracatólica, derechona liberal, derecha apacible, y algún resto del naufragio centrista).

Pero el poder corrompe; y el poder absoluto corrompe absolutamente. En la Puerta del Sol no sólo tomó posiciones Vodafone, sino una auténtica “corte de los milagros”, donde se hacía y deshacía sin el menor problema ni contemplación.

En este entorno van apareciendo los políticos sectoriales que aterrizan en Sanidad: Lamela, Güemes y Lasquetty. Y debajo de ellos una creciente plétora de viceconsejeros y directores generales que se trasmutan en capas políticas de pastoreo lo que debería ser un nivel técnico de desarrollo y control de políticas y servicios. A veces ni siquiera cubren tarea alguna, ya que las fábricas de nuevas generaciones lanzan al mercado político levas de hijos y sobrinos que hay que colocar en puestos de libérrima designación, o en empresas contratadas para hacer lo que deberían hacer las propias administraciones.  

El músculo técnico de la Consejería de Sanidad (por no hablar de otras), se va atrofiando progresivamente. Ningún problema en tiempos de expansión. No hay mucho que gestionar en el paraíso terrenal de la abundancia?... Madrid es una región que crece más que la media por su propia dinámica económica, y hasta 2010 no ha habido necesidad real de tomar medidas serias para controlar el gasto…

Y cuando tocaría empezar a gestionar de verdad, resulta que no hay ni liderazgo, ni ideas, ni equipos; sólo amistades peligrosas que susurran al oído de los políticos sanitarios consejos para salvar cada uno sus muebles.

  • ¿Que la Atención Primaria es fundamental para racionalizar la asistencia en tiempos de crisis y abordar la cronicidad?... Madrid ha desarbolado su estructura, y sólo se le ocurre a estas alturas proponer un sistema de entidades asociativas huérfano de toda credibilidad.
  • ¿Qué las estrategias de Salud Pública pueden suponer un gran ahorro en la morbilidad?... Madrid ha extinguido su estructura especializada en salud pública, dispersando sus fragmentos por todo el organigrama.
  • ¿Qué toca mejorar la gestión pública para promover la eficiencia y el ahorro?... Madrid ha dilapidado todo su capital gerencial y gestor, tras muchos años de cultura centralista, cortesana, y pendiente de los caprichos del político de turno.
  • ¿Qué toca racionalizar la práctica asistencial a través de la gestión clínica?... Madrid se ha convertido en un marco institucional hostil para al profesionalismo, receloso de conceder autonomía a los médicos como resultado de una fe desmedida en modelos de jerarquía empresarial disciplinadora y productivista.  
  • ¿Qué convendría revitalizar el contrato social para un sistema público de salud sostenible?... Difícil hacerlo cuando se han demonizado a todos los interlocutores… sindicales, políticos, gremiales, colegiales, etc.

Así es imposible mover pieza; sólo es posible seguir como un ave descabezada, que aparenta vida inteligente, mientras que la realidad va devolviendo una imagen de su existencia zombi, plasmada en proyectos fallidos (Las Vegas), externalizaciones quebradas (autopistas radiales), Consejeros, Diputados y Alcaldes en el banquillo (Gurtelandia),  y en privatizaciones sanitarias tan chapuceras que han quedado varadas por impugnaciones y recursos.

Tanta insistencia lleva a pensar que ya no hay ideología, sólo interés grupal en aprovechar el poder mientras dure. La patina de ideología se ha esfumado… si es que alguna vez llegó a ser algo más que un maquillaje para salir sin brillos ante las cámaras de Telemadrid.

El nuevo año no tiene buena pinta; en enero sabremos si los jueces mantienen la suspensión de la privatización de hospitales. Creo que para el Partido Popular sería más conveniente que la justicia mantuviera la paralización del concurso; si se reactiva se abrirá otra vez el tarro de los conflictos, sin que haya legislatura suficiente como para gestionar el proceso; y además las convocatorias electorales en curso recogerán la erosión política resultante de perseverar en un proyecto cada vez más alejado del interés general.

Pero todo esto importa poco si los que nos gobiernan, bien sea por soberbia (vanidad política), bien por interés particular (puertas giratorias y recompensas futuras), ensayan un “carpe diem” y se dedican a capitalizar el aquí y ahora sin reparar en los destrozos que en las instituciones y servicios públicos dejarán como herencia.


Veremos que nos depara 2014; pero en todo caso, toca mantener la atención y la movilización. ¿Qué hemos hecho para merecer esto?; quizás no haber sabido reaccionar a tiempo; pero al menos esta lección muchos en Madrid ya la han aprendido.   

domingo, 22 de diciembre de 2013

Motivar e incentivar a sanitarios vocacionales... de debe?, se puede?

Estimulante debate en el Máster Universitario en Administración Sanitaria sobre vocación, motivación e incentivación en el mundo de la sanidad… 

Construyo estas reflexiones sobre ideas propias y ajenas, para difundir el rico intercambio de ideas sobre un tema fundamental... 

1) ¿Sanitarios vocacionales?:

Grave sería que no lo fuera, pero ojo que el asunto da para mucha más reflexión… creo que la medicina atrae demasiados talentos cognitivos lingüísticos y  lógico-matemáticos por su alta nota de corte, y que necesitamos otros tipos de inteligencia… según Gardner hasta 8…

Espacial (Dx Imagen), Musical, Corporal cinética (CIRUJANOS), Intrapersonal (-> emocional de Goleman), Interpersonal (RELACIÓN CON PACIENTES), Naturalista o ambiental (SALUD PÚBLICA)…

Algunos opinan que el brutal proceso de selección y entrenamiento de los médicos hace que nos pasemos de frenada…  lo pego traducido…

      COMENTARIOS AL EDITOR BMJ P A West director York Health Economics Consortium
       ¿Puede que el nivel de los que se reclutan para la medicina sea excesivo para el trabajo …
       ¿Es inevitable un grado de frustración, dadas las habilidades del médico, y la relativa uniformidad del trabajo más allá de la edad de 30 o 35 años?
        ¿Encajan muchos años de práctica con la variedad estimulante del trabajo (job enrichment) que la gente capaz desea para desarrollar sus carreras?

Desde una conocida editorial de Richard Smith en 2001, hay muchas opiniones sobre ¿porqué los médicos son tan infelices?... Smith R: Why are doctors so unhappy? BMJ 2001, 322:1073-4

Por cerrar lo de la vocación, debo advertir que hay bastante romanticismo en el asunto; es verdad que hay personas que desde pequeñito querían ser médicos o enfermeras; pero otros han llegado a ello por casualidad (a veces animados por sus padres al tener una alta nota en la selectividad); con frecuencia desarrollan una vocación, porque la medicina es intelectualmente muy atractiva: sería una vocación sobrevenida; pero también ocurre que si te encuentras con cuarenta años y después de estudiar casi dos décadas ves que no te gusta… hay que tener mucho valor para reconocerlo; aquí aparecería la vocación sobreactuada (manifestada a grandes voces para conseguir tapar las dudas que nos corroen…)

2- Motivar o Incentivar...

Mi buena amiga Mercedes A. diferencia ambas y propone una guía de utilización de intensidad creciente… en esencia comenta…(perdón por el plagio con cita incompleta)

Motivar e Incentivar quizás puedan ser sinónimos, o quizás la palabra Incentivar añade “un plus” cuantitativo o de premio. 

1. Motivar a los Médicos no es “misión imposible” , son profesionales con importante carga de motivación espontánea. 
2. Se les motiva fundamentalmente no desmotivándoles
3. Si a pesar de esto el plan A no te funciona, pasa al plan B y aplica los siguientes factores motivadores. 
a. Motivación psicológica afectiva, es la más potente herramienta, si bien es verdad que es más eficaz con las Médicos que con los Médicos, funciona muy bien a todas las edades, más con los más jóvenes.
b. Motivación curricular, es la segunda herramienta más potente y funciona mejor en la motivación de edades profesionales medias, en profesionales más ambiciosos.
c. Motivación económica, es una potente herramienta, pero muestra adaptabilidad y crea hábito, por lo que cada vez necesitas utilizar mayores dosis.
4. Si a pesar de esto el plan no te funciona, pasa nuevamente al plan A y si te sigue sin funcionar, dedícate a otra cosa que no sea la gestión sanitaria ni los recursos humanos. 

Excelente reflexión que comparto.  Quizás añado que motivar no es misión imposible, pero incentivar bien sí que parece serlo… pongámoslo en clave de humor con una reflexión sarcástica sobre los efectos de los sistemas de pago a médicos…

       «Existen muchos mecanismos para pagar a los médicos. Algunos son buenos y otros malos. Los tres peores son el pago por acto, la capitación y el salario.
      El pago por acto premia la provisión de servicios inadecuados, la sobrecodificación fraudulenta de visitas y procedimientos, y el “coleguismo” de las derivaciones en ping-pong entre especialistas.
      La capitación premia la denegación de servicios adecuados, el menosprecio de los enfermos crónicos, y una visión estrecha de la práctica médica que excluye a los pacientes cuya atención requiere mayor tiempo.
      El salario socava la productividad, fomenta las vacaciones en el trabajo y conduce a una mentalidad burocrática en la que cada procedimiento se convierte en un problema»

Robinson JC. Theory and practice in the design of physician payment incentives.
Milbank Q. 2001;79:149-77

¡Cielos! Parece que no hay salida… los tres únicos sistemas que existen resultan ser malos…
Bueno; no hay que tirar la toalla…

Algunas como Amalia piensan que no debería haber incentivos; que el trabajo bien hecho es parte de la vocación profesional y de la contrapartida esperada por el salario. No soy tan optimista respecto del género humano (y los médicos aún forman parte del mismo).

Dejarme ponerlo en otros términos; cualquier esquema de vinculación laboral , retribución y pagos  (guardia, carrera, peonada, desempeño…) crean una ESTRUCTURA DE INCENTIVOS; esta estructura es como una corriente que arrastra el comportamiento general de los botes en una dirección. Siempre hay gente virtuosa capaz de remar contracorriente; pero los más oportunistas se aprovechan, y hacen que la gran mayoría se vaya sumando. La función directiva en recursos humanos debería modular la ESTRUCTURA DE INCENTIVOS para hacer que las conductas virtuosas sean más fáciles y recluten a la mayoría de gente.
Sergio añade con lógica preocupación que vamos en el sentido contrario, pues se están destruyendo todos los factores “higienizantes” (en el sentido dado por Herzberg) que evitan la desmotivación.

Pero la capacidad de modular el comportamiento por incentivos externos es muy limitada: no creo que exista ninguna estructura de incentivos que lleve a un canalla a comportarse como un santo; pero al menos hará menos canalladas.

Y por conducta virtuosa entiendo no el capricho de un político o responsable institucional, por más poder que tenga; sino la direccionalidad sensata de la organización hacia sus metas y fines de servicio público, compatible con los valores de la profesión, y con la apropiada aplicación de la ciencia y la técnica médicas.

No está nada mal esta reflexión... otro intento de combatir el pensamiento trivial en la sanidad y en la gestión. 


miércoles, 11 de diciembre de 2013

La estabilidad laboral reforzada de los empleados públicos defiende a ciudadanos y usuarios de la interferencia política.


Me acaban de publicar esta tribuna de opinión en la versión electrónica de El País, que intenta arrojar alguna luz sobre la oscuridad que el pensamiento trivial difunde en torno a los empleados públicos; después de haber precarizado a los "trabajadores normales", ahora toca hacerlo con los "funcionarios privilegiados". Un "sutil" ideólogo liberal como Lasquetty ha hecho de avanzadilla en esta impugnación del puesto vitalicio. Toca ahora revisar estos argumentos siquiera brevemente... os paso el enlace y trascribo el texto, que es muy corto.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/12/10/actualidad/1386709005_023946.html


Escuchamos decir: los empleados con incentivos trabajan más; no pueden cobrar igual los que trabajan y los que no trabajan; los funcionarios se vuelven vagos al tener seguridad absoluta en su empleo... Algunos dirían: ideología liberal; yo añadiría: falacia fabricada para maquillar y manipular.

Estos argumentos desembocan en una receta general: el combinado palo-zanahoria (ración doble de lo primero que de lo segundo) para aumentar la productividad del trabajador. Lo importante no sería el talento sino la capacidad de sacar y cumplir con los objetivos marcados; el problema no sería de “inspiration” (inspiración para dirigir el barco) sino de “perspiration” (sudoración de los galeotes remando vigorosamente). Y la amenaza de despido actuando como castigo supremo que garantiza la supremacía de la jerarquía en la organización.

Pero la realidad afortunadamente da cabida a muchas y mejores versiones de nosotros mismos. La mayoría lo que quiere es una seguridad económica razonable, y… muchos otras cosas en la vida, incluida la reputación profesional, la relación cordial con los compañeros, la sensación de hacer las cosas bien, o la de servir a los demás. La nueva economía del comportamiento (desde el Nobel Kahneman al divulgador Ariely) está desvelando precisamente esta complejidad y riqueza de la naturaleza humana.

Se sabe que los cuerpos y escalas funcionariales son una creación histórica que busca maximizar la continuidad administrativa y la independencia del nivel político, aun cuando sea a costa de cierta erosión de la productividad. El acceso de los funcionarios por oposiciones garantiza una base de competencia, aunque también obra como ritual de iniciación. Los cuerpos tienen la virtud de atraer especialmente a individuos que quieren maximizar la seguridad y satisfacer la necesidad de pertenencia a un grupo; por eso serían malos emprendedores, pero también por lo mismo están mejor pertrechados contra las tentaciones de corrupción (que pone en riesgo su carrera y les expulsa del clan).

Como todo instrumento, la vinculación funcionarial encuentra su virtud en el uso pertinente y apropiado. Se debe reservar para funciones importantes que no deban estar bajo interferencia política-partidaria, y se debe combinar con estímulos que eviten mermas de la productividad y sesgos en la apropiación burocrática de las instituciones. De esto va buena parte del debate de “nuevo servicio público”. La mejor terapia contra las élites extractivas políticas es una función pública profesionalizada y con razonable autonomía.

Sin cuerpos funcionariales lo que habría sería contratos laborales que decidiría el poder político de turno. Imagínense una gestión cortesana de los puestos de administrativo, maestro, enfermera, juez, catedrático, médico, policía… y cesantías decimonónicas generalizadas tras los cambios electorales.


La calidad en el empleo conviene a todo tipo de trabajo, porque promueve la calidad de desempeño y la excelencia. La estabilidad reforzada de los funcionarios a quien de verdad interesa es a los ciudadanos, para que las decisiones colectivas sirvan al interés general. Y la extensión de la estabilidad laboral reforzada para profesionales de la sanidad, enseñanza, servicios sociales, etc. sin tener la misma significación, sirve para que los que nos atienden en los servicios públicos personales, se alejen del ánimo de lucro y su motivación se cimente en la satisfacción por el trabajo bien hecho y por ayudar a los demás. No nos dejemos engañar por el pensamiento trivial.

jueves, 5 de diciembre de 2013

COHESIÓN DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD ¿misión imposible?... Reflexiones tras 10 años desde la Ley de Cohesión y 11 desde las trasferencias


En esta entrada quiero difundir este artículo que acaba de publicarse...


Repullo JR, Infante A. La cohesión del SNS y su sostenibilidad: en el aniversario de una Ley que buscó de forma tardía e insuficiente gobernar un sistema descentralizado. Revista Derecho y Salud. Asociación de Juristas de la Salud. 2013; vol 23 (número extraordinario Congreso 2013): 83-95.



Gracias a la invitación de los amigos de la Asociación de Juristas de la Salud para escribir en su revista “Derecho y Salud”, mi compañero Alberto Infante y yo nos pusimos hace tiempo a escribir una reflexión crítica sobre la insoportable debilidad del SNS… al hilo del décimo aniversario que en 2013 celebró la Ley de Cohesión y Calidad del SNS; esta Ley buscaba aportar un marco de gestión integradora de los 17 servicios de salud de las CCAA que desde enero de 2012 navegaban con una gran autonomía, al tener trasferidas todos los recursos sanitarios públicos, y ostentar competencias plenas por el lado del gasto sanitario (la financiación sanitaria había dejado de ser finalista).  

Y nuestro escrutinio se ha hecho con particular énfasis tanto en la insuperable dificultad de la Administración General del Estado para cumplir un papel cohesionador, como en la evidencia de costes de interferencia políticos incontrolables en el funcionamiento autonómico de la sanidad pública; ambos elementos llevan a ineficiencias que la actual crisis económica y fiscal ha puesto de manifiesto claramente.

Toca certificar el ocaso del modelo 2002, y buscar soluciones reformistas y regeneracionistas, que sin retroceder a épicas jacobinas, permitan articular un sistema altamente descentralizado con características de funcionalidad, racionalidad y solvencia técnica…

Para animar a los lectores a entrar y descargarse el artículo, les pasamos el índice, y pegamos un pequeño fragmento del final…


ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN
2. LA “INSOPORTABLE” DEBILIDAD DEL SNS
3. LOS CONTENIDOS Y DESARROLLOS DE LA LEY DE COHESIÓN Y CALIDAD DEL SNS
4. EL SIGNIFICADO POLÍTICO E INSTITUCIONAL DE LA LEY DE COHESIÓN Y CALIDAD
5. LOS COSTES DE INTERFERENCIA POLÍTICOS DEL MODELO
6. LOS DESAJUSTES DE LA FINANCIACIÓN
7. ANALIZANDO LAS DEBILIDADES TÉCNICAS PARA LA NUEVA FUNCIÓN CENTRAL DE “RECTORÍA SANITARIA”
8. LA CRISIS ECONÓMICA Y FINANCIERA: ¿AMENAZA U OPORTUNIDAD?
9. CINCO VÍAS DE REDISEÑO INSTITUCIONAL DEL SNS
10. EPÍLOGO: UN PASO PARA ADELANTE O DOS PARA ATRÁS


9.5. Una Ley del Sistema Nacional de Salud para definir en positivo la ciudadanía sanitaria.

La LEGS de 1986 y la LECC de 2003 tienen la ventaja de estar alineadas y expresar consensos políticos básicos (de ambos partidos mayoritarios), y el inconveniente de que en muchos aspectos han quedado obsoletas o superadas. Además, los sistemas que diseñaron para coordinar las 17 CCAA no han resultado eficaces. Por ello sería necesario resolver la debilidad institucional del Sistema Nacional de Salud y con una nueva Ley del SNS facilitar un nuevo marco consensuado de gobierno y gestión de la sanidad española. Este nuevo marco debería apartarse de la grave distorsión que ha producido el precipitado Real Decreto Ley 16/2012, realizado bajo la presión de la austeridad, y que abdica del proyecto colectivo de un sistema universal para todos los ciudadanos.

Una Ley del SNS posiblemente hoy no es fácil de visualizar por el entorno de crisis, la rivalidad entre los partidos políticos, el ataque cerrado a la sanidad pública de algunos, la erosión económica de los servicios públicos y los intereses creados en torno a la “balcanización” autonómica. Pero esta Ley es más necesaria que nunca, y contaría con un amplio apoyo de los ciudadanos y los profesionales. Como en tantas esferas de la vida social, el poder político está llamado a promover o sumarse a un proceso fuertemente reformista y de regeneración de la vida política, social e institucional de España.

La ciudadanía sanitaria no puede quedar al albur político de interpretar en menos de un año que tenemos un sistema universal (Ley 33/2011 de Salud Pública – disposición adicional sexta) o que en realidad seguimos teniendo la asistencia sanitaria de la Seguridad Social y reinstaurando el papel del INSS para determinar quién es afiliado y quién es beneficiario en función de la situación laboral, de renta y de nacionalidad (RDL 16/2012). Estos bandazos no parecen propios de un país serio. Y por ello, procede la creación de un marco inequívoco de garantías jurídicas y sanitarias a partir de un modelo de aseguramiento sanitario universal, público, común y único.

10 Epílogo: un paso para adelante o dos para atrás.

Como se ha señalado, la sanidad española requiere una segunda transición: esta abogaría por una clara definición de la ciudadanía sanitaria, sus derechos, los instrumentos de aseguramiento universal, y los requerimientos para que el gobierno y la gestión de la sanidad pública se mantengan dentro de la esfera del interés general, alejando al SNS del ánimo de lucro y acercándolo a la eficiencia social equitativa y solidaria que inspiró su fundación. Algo que probablemente también requieren otros servicios públicos básicos y que afecta al núcleo mismo de la acción protectora y de generación de seguridad y confianza del Estado.  Hablar de la sanidad pública y de la sostenibilidad del SNS hoy es hablar también del por qué y el para qué del Estado que tenemos. Y de las relaciones entre ese Estado, la sociedad y los ciudadanos que la forman.


jueves, 14 de noviembre de 2013

EEUU-INFARTOS MIOCARDIO: Demostrada la INSENSATEZ de copagos en medicamentos eficaces

Los copagos para medicamentos eficaces para el infarto de miocardio: a) reducen el cumplimiento del tratamiento, b) afectan a la salud y c) acaban costando más: ¿alguien tiene una idea aún más insensata?



RESUMEN DEL ENSAYO REALIZADO EN EEUU

Tras sufrir un infarto agudo de miocardio se asignaron aleatoriamente los pacientes a dos grupos: en el primero, 2.845 pacientes, se les liberó del copago para un grupo de medicamentos que la literatura científica recomienda claramente (betabloqueante, estatinas, IECA-BRA); y en el segundo grupo (control con 3.010 pacientes) se mantuvo el copago habitual.
Al eliminar la “barrera económica” a los fármacos, era esperable que el grupo sin copagos tuviera mayor adherencia al tratamiento, como así se confirmó: mejoró un discreto 5,4% en términos de adherencia absoluta (número de días que el paciente dispone de su medicación por cada 100 días que debería tomarlas según prescripción).  
El efecto de este mayor cumplimiento en la salud se estableció por diferentes indicadores, aunque en general no se alcanzó significación estadística (la muestra no era grande y el diferencial de adherencia era modesto). Sin embargo llama la atención que en todos los indicadores de salud se manifiesta una tendencia sistemática a la mejora de resultados cuando se quita el copago. O dicho al revés: cuando hay copagos, se contabilizan un 16% más de infartos, un 31% más de accidentes cerebrovasculaes, y un 15% más de fallecidos (57 versus 72).
Los gastos para los financiadores en medicamentos cardiovasculares subieron (un 31%) como era de esperar; pero en los que no tenían copagos, se redujo un 14% el gasto en consultas, urgencias, hospitalizaciones y procedimientos ambulatorios. Esto supuso un ahorro total de un 11%, tanto en gastos específicos de esta enfermedad, como en el gasto per cápita anual del paciente sin copagos para estos medicamentos.

CONCLUSIÓN: Una política que reduce la adherencia al tratamiento, erosiona la salud  e incrementa los costes… ¿cómo puede defenderse? Nuestro sistema de copago farmacéutico debería inmediatamente empezar a liberar de copagos a aquellas medicinas que fueran efectivas para problemas de salud.


domingo, 13 de octubre de 2013

El mercado acaba subiendo los precios de los medicamentos...anulando la competencia.


En el New York Times del 13 de Octubre viene este sorprendente reportaje sobre el precio de los medicamentos para el asma… (sólo dos párrafos de muestra)

          El precio de venta del Pulmicort, un esteroide en inhalador es de $175 en EEUU, mientras que en las farmacias británicas el coste es de $20 pero se dispensa gratuitamente a los pacientes asmáticos.

          El Albuterol, una de las más antiguas medicinas para el asma, cuesta entre $50 y $100 por inhalador en EEUU, pero costaba menos de $15 hace una década (antes de ser “repatentado”)


Sorprende porque estos precios no van en el sentido que indicaría la teoría económica: dado que los costes de estos productos son bajos (como se demuestra en Europa o por los precios anteriores), se supone que un precio muy superior al coste de producción sólo podría darse en condiciones de monopolio: pero estos productos están liberados de patente, y se supone que otros productores podrían entrar en el mercado para aprovechar el margen de negocio… cosa que no ocurre… en Estados Unidos. Y en Europa, mucho nos tememos que si no hubiera una intervención de los grandes sistemas públicos de salud forzando precios (monopsonios controlando a monopolios), los precios se dispararían de forma inexplicable y abusiva.

La muestra la tenemos aquí… en los fármacos desfinanciados en el Sistema Nacional de Salud… el titular periodístico decía…

“Unos 80 medicamentos desfinanciados por Sanidad han subido de precio… El incremento en algunos casos ha sido del 199%, pasando de dos a seis euros” (El Mundo, 2/09/2013)… y ponía algunos ejemplos …  
·         Los que más lo han hecho son el 'Mucibron', que ha aumentado su precio un 199,5% y ha pasado de costar 2,06 a 6,17 euros; la 'Cloperastina Normon' (un 189% más, de los 1,73 a 5 euros); el 'Motosol' y el 'Mucosan' en jarabe (un 183% más, pasando de los 2,06 a 5,85 euros); el 'Daflon' (un 131% más, de 4,4 a 10,18 euros).

·         Otros que también han subido son la 'Acetilcisteina Normon' (un 110%, de 2,15 a 4,53 euros), el 'Romilar' (un 100%, de 2,9 a 5,8 euros, en su formato en jarabe), el 'Fortasec' (un 100%, de 1,89 a 3,78 euros) o el 'Aciclovir' (un 97%, pasando de 7,31 a 14,47 euros).”

Para aquellos doctrinarios que aún siguen creyendo en la mano invisible, les aconsejamos reflexionen sobre este ejemplo: sólo la acción colectiva, inteligente y sabia de los seres humanos puede corregir las insensateces del mercado… y más en estos asuntos donde nos jugamos la salud de nuestros ciudadanos… ¿alguien imagina lo que puede ser tener un hijo con asma y no poder pagar el medicamento porque las empresas controlan el mercado y ponen precios astronómicos?



lunes, 7 de octubre de 2013

Profesor… explíqueme por favor estas malditas cifras económicas de los hospitales que quiero externalizar, que no me aclaro…

Qué bien le veo, Profesor Rodríguez, y…  gracias por quedar a tomar un café conmigo…

Eres muy amable; han pasado siglos desde que te di clases de matemáticas.

¿Ha tenido ocasión de leer el texto malintencionado y enrevesado de un diputado de la oposición sobre lo que se gana o se pierde con la externalización?... le confieso que para mí ha sido una pesadilla…

¿El diputado o el informe?

¡Ambos!, pero en ahora me preocupan las cifras de este informe, que no logro entender por más que me las intentan explicar mis colaboradores… es un galimatías que no logro desentrañar… y como usted era tan pedagógico dando clases, he pensado recurrir discretamente a su consejo y ayuda… esto no debe saberse, eh?

Tranquilo; no se sabrá… la verdad es que a mí el informe me ha parecido muy claro… el problema está más bien en la realidad que describe…

Bien, soy todo oídos…








Además de lo que te diga, abre bien los ojos, que con los datos del documento he hecho algunos gráficos sencillitos… aquí están… tenemos seis hospitales, que cuestan un dinero al año. 

No está muy claro cuánto, porque hay dos cifras; en la memoria económica de los pliegos aparece una cantidad, y en el presupuesto de 2012 aparece otra… mira esto… va en millones de euros anuales:




Bueno… tampoco son tantas las diferencias…

Es verdad, además las primeras son de gastos estimados, y las segundas de presupuestos iniciales; y ya se sabe que se acaba siempre gastando más de lo presupuestado… pero has de reconocerme que no queda bien que la misma Consejería maneje datos tan diferentes…

¿Y estos 111 millones que dibujas abajo?

Es lo que ponía en la memoria económica de los pliegos referido al “canon “que los hospitales pagan por la parte no clínica; he considerado que se mantienen constantes, ya que no tengo otra cifra, y por eso voy a suponer que todos los años se ha de destinar una cantidad parecida a pagar a las empresas que han hecho la inversión y gestionan los servicios no asistenciales; recuerda que te lo voy a simplificar un poco y por eso redondeo cantidades…

Vale… tú simplifica y redondea todo lo que puedas, por favor…

Bien; lo que viene ahora igual no te va a gustar… al dibujo anterior le he añadido lo que figura en los presupuestos para 2013… fíjate que parece que ahora lo que hacíais antes con 491 o con 462 millones, según la fuente que usemos, os comprometéis en 2013 a hacerlo con sólo 381… esto sí que es una diferencia notable; además, como no se puede aminorar el pago del canon a la concesionaria, fíjate que toda la reducción la soportaría la parte asistencial del hospital: ¡de 380 millones, a 270! Casi un 30% de reducción de un año a otro… te podrían decir eso del milagro de los panes y los peces…




Jolines; sí que me han metido una reducción de la leche… no me había dado cuenta… espero que la gente no se percate…

¿Sigo?... la cosa se complica un poco… presta atención: en este gráfico dibujo una nueva columna… el coste anual de las adjudicaciones… aquí sorprende que lo que antes costaba menos de 500 millones, y que en el presupuesto 2013 se esperaba que costara menos de 400, de pronto se adjudica a empresas por 560 millones… ¿no se ha sorprendido tu Presidente?; ¿no te ha llamado enfadado el Consejero de Hacienda?




Espera… es que no se puede comparar, porque en los 561 millones está metida la facturación inter-centros… es decir, la cantidad con la que habría que suplementar a los seis hospitales para que pagaran a los grandes hospitales de Madrid por los pacientes complejos o que desean ir a otros centros.

De acuerdo… dibujemos entonces la cantidad que se estimaba en la memoria económica de los pliegos por la facturación inter-centros; son 285 millones a añadir a los presupuestos de 2012… Entiendo que al hacer esto, los datos mejora mucho, y tu Consejero de Hacienda en una primera mirada se pondrá contento, porque aparecería un ahorro de 186 millones… perdóname que ponga “presunto ahorro” en el gráfico…





Te perdono… pero tú sigue, que por fin me estoy enterando… pero te equivocas en una cosa: ahora los 111 millones del canon a las concesionarias, no van a pagarlo las empresas adjudicatarias con el per-cápita; esto se pagará directamente por el Servicio Regional de Salud…

Me lo estaba imaginando, y por esto te he traído este dibujo… supongo que la sonrisa de los economistas de hacienda se habrá torcido… ahora el presunto ahorro se disipa hasta sólo 75 millones…



Sí, pero es que de otra forma no habría manera de interesar a ninguna compañía para que concursara, y fíjate qué papelón… con la que hemos liado, y que al final no se presentara ninguna…

Entiendo, pero las empresas lo ven de otra forma… aquí te traigo el último dibujito



Para que a un adjudicatario le salga bien el negocio, lo fundamental es reducir la facturación intercentros.
A ellos le toca gestionar unos hospitales que hasta la fecha han estado “enviando” pacientes fuera por un importe de 285 millones de €. Para empezar a equilibrar su presupuesto tienen que ahorrar más de la cuarta parte de esta cantidad… un buen esfuerzo…   
Y, además, por lo que veo, algunos hospitales como Vallecas tienen más facturación intercentros que gastos asistenciales en el propio hospital, mientras que otros como el del Tajo, apenas supone algo más del 20%... y eso que es un hospital más pequeñajo… la verdad es que deberías hacer que te revisaran estas cifras… suenan muy locas, y luego tienen repercusiones enormes en la viabilidad de la externalización…

Vale… no me compliques más la vida… por otra parte, también pueden reducir los
351 millones del coste asistenciales del hospital con buena gestión…

Si… seguro que pueden gestionar de forma mucho más económica; por ejemplo bajando sueldos y reduciendo plantillas… y haciendo que se trabaje más;  pero estos hospitales van bastante justitos, y no creo que puedan hacer milagros…  
Además, recuerda que deben hacer un esfuerzo adicional para no mandar un 25% de los pacientes afuera y así reducir la facturación intercentros; esto significa más trabajo, y posiblemente una cartera de servicios algo más especializada en tecnologías y especialidades; no veo claro que puedas ahorrar mucho con este objetivo sobre la mesa.

Me lo pones todo negro…

Te lo diré ahora en positivo: para las empresas existe negocio siempre que casi nadie salga de su territorio, y que vengan a recibir asistencia muchos de fuera. Esta es la clave real del asunto… que la compensación por atención sanitaria a su población en otros hospitales sea la menor posible…

Bueno; pero…  ¡tampoco nos vamos a poner estupendos y facturarles a lo bestia todas las asistencias que se producen en otros centros del SERMAS! Habrá que darles un tiempo y unas facilidades…

Lo que tú quieras… pero el negocio es vulnerable, porque depende de que tenga un excelente amigo en el papel de regulador y financiador… y si las cosas se ponen muy duras, o hay cambios políticos o de personas…  el negocio puede tener un riesgo enorme.

Ya lo entiendo; por eso no estaban muy entusiasmados…  ¿y si lo dejamos como está ahora sin hacer nada?... que parece que es lo que va a ocurrir con estas malditas sentencias cautelares…

Pues como todos son hipótesis no te puedo dar cifras; pero mi sensación es que vais a salir ganando si volvéis a la situación anterior; y más si llegáis a un buen acuerdo con los profesionales para horrar costes variables en los centros sanitarios…  Un plan pactado de austeridad sería más rápido y posiblemente más efectivo.

Caray; pero tengo a los médicos y enfermeras tan cabreados que no creo que quieran entrar a este juego ahora…  ¡uy! Se me ha hecho tarde; ahora recuerdo que el Presi me quiere ver urgentemente no sé para qué…

Llévate los papeles y estúdiatelos con más calma…

¡Gracias!

Tómate tu tiempo, reflexiona, y verás cómo acabas llegando a conclusiones mucho más sensatas sobre lo que debes hacer.

¡Adiós!









lunes, 23 de septiembre de 2013

Fumando espero la decadencia de la salud pública y la indignidad de la política.


No vale de nada tanta palabra de regeneracionismo, transparencia, interés general, etcétera… Aquí parece que el patriotismo sólo vale para invadir la Isla de Perejil, para enfadarse cuando nacionalizan una empresa española en algún país emergente, o para desenmascarar supuestas conspiraciones contra nuestro deporte.

Pero cuando viene Mister Marshall todos parecen plegarse. Traen empleo, bienestar, progreso, etc.  Poco importa el tipo de empleo; también valdría un vigoroso desarrollo de la industria armamentística; o cualquier cosa, siempre que se pliegue a la lógica del capitalismo de casino que nos rodea y domina.

Adelson con su Eurovegas, parece querer someter a la “clase política” española  a una dosis letal de indignidad. Los políticos del Partido Popular de Madrid ni lo notan: es lo que tiene el acostumbramiento. Los del Gobierno de España andan quejicosos; porque han de asumir los costes de medidas tales como cambiar la Ley del Tabaco,  sin recibir ningún beneficio directo.

Y la forma de relajar la Ley del Tabaco es dejar que las Comunidades Autónomas puedan deshacerla a su antojo: abrir la competición infernal para ver quien sucumbe primero ante las presiones de sus propios intereses locales. Porque rompiendo el acuerdo global se desencadena el “dilema del prisionero”, y todos pasan a traicionar el consenso común, ante la certidumbre de que otros lo harán. Muerte segura de una política esencial para proteger a los fumadores pasivos.

Y no sólo morirán pacientes: la evidencia de que se cambia la Ley por presiones externas es tan palmaria, que también sucumbe la política. Que no me vengan a decir luego nada de la patria: recordemos estos versos de Chicho Sánchez Ferlosio: “Dicen que la patria es un fusil y una bandera. Mi patria son mis hermanos que están labrando la tierra”.

Señora Mato: ¿sabe que de usted depende que se consume ahora esta derogación práctica de la las políticas de salud pública contra el tabaquismo y en defensa del fumador pasivo?; ¿sabe que le ha tocado defender la dignidad de la política contra los intereses particulares?; ¿estará usted a la altura del cargo que ostenta?.


Un aviso: lo peor que podría pasar es que se abriera el melón de fumar en lugares de ocio (luego restauración, luego muchos más), y finalmente Adelson no viniera a Madrid… por otras razones… 

viernes, 20 de septiembre de 2013

¿DE QUÉ ME VIENE ESTE ODIO A LA SANIDAD PÚBLICA… DOCTOR?


·         Veamos, Sr. Consejero…  ¿ese odio le viene desde la infancia?
·         No estoy seguro… pero creo que no; porque mi padre que era muy franquista decía que la sanidad y la seguridad social era el orgullo del régimen, y la envidia de los franceses, los rojos y los masones de todo el mundo.

·         Y ya de jovencito… qué fue sintiendo…
·         Le confieso que nada… he tenido buena salud y las pocas veces que he tenido que ir al médico hemos ido a las consultas particulares.

·         Entonces, ignorancia o indiferencia ante la sanidad pública…??
·         Ambas… ni la conocía ni me importaba un pimiento.

·         ¿Y cómo le liaron para ser precisamente Consejero de Sanidad?
·         Pues no tengo ni idea; pregúnteselo a la Presidenta… me dijo que era fácil, que se trataba de inaugurar muchos hospitales, muchas máquinas enormes para tratar pacientes… que me iban a agasajar en todos los hospitales gente muy sabia e importante, y que iba a recibir muchas muestras de aprecio y de respeto.

·         Me da que luego las cosas no han sido así…
·         Claro que no… por culpa de la crisis internacional que provocó Zapatero, y por el odio que profesa a Madrid el presidente Rajoy, nos han dejado sin un euro para hacer cosas divertidas, y hemos tenido que empezar a recortar por todos los lados. Está siendo una horrible pesadilla.

·         ¿Y el odio empezó a sentirlo cuando las cosas se torcieron?
·         ¡Pues ahora que lo dice, así fue!... Verá usted; me trajeron un plan magistral de sostenibilidad… la palabra no sé bien que significa pero me han dicho que la use cada poco…

·         Bueno, aquí en la consulta del psiquiatra puede usted relajarse…
·         Gracias, no sabe cómo se lo agradezco… 

·         Continúe, por favor, … ese plan magistral…
·         Sí… consistía en lo siguiente: ahorrar dinero y problemas substituyendo los hospitales públicos ineficientes y conflictivos, por hospitales privados económicos y silenciosos; era perfecto… bueno, bonito y barato… Y además, los empresarios hospitalarios estaban encantados con esta idea y nos ofrecían todo tipo de facilidades y compromisos de apoyo en el futuro…

·         Muchas ventajas… ¿algún problema?
·         Me engañaron; no me dijeron que los hospitales públicos iban a estar ferozmente en contra; decían que habría algo de protesta de los sindicalistas liberados, y de algunos románticos que no entendían la llegada de nuevos tiempos que requerían espíritu emprendedor; y con la oposición del PSOE y de IU ya se sabe que van a torpedear cualquier buena idea que tengamos…

·         Y la cosa fue a peor…
·         No lo sabe usted bien… incluso gente de orden como los médicos, se echaron a la calle a protestar; me hicieron huelgas; empezaron a hacerme escraching cuando visitaba mis hospitales… en vez de aplaudir… No entendían que se tenían que sacrificar por el progreso de la “empresa sanitaria”.  Me empezaron a llover críticas de todas las partes…

·         Ah… y las críticas fueron debilitando sus convicciones…
·         Bueno… la verdad es que no… yo convicciones no tengo muchas… salvo que soy liberal y que amo a mi partido; pero en lo de ser liberal tampoco crea que entiendo muy bien todo lo que me han hecho leer; lo de amar a mi partido es mi fuerte.  Pero yo no escuchaba mucho lo que me decían, sino el soniquete que era muy desagradable… desacato diría un juez…

·         ¿No pensó que algunas de las críticas podrían tener algo de verdad?... tanta gente en contra no es normal…
·         Yo, como político profesional me limito a interpretar los argumentarios que me van elaborando; y el nuestro era excelente; no había razones para cambiarlo… o al menos a mí no se me ocurría que otra cosa decir…

·         ¿Algo más?
·         Bueno… que empezaron a llevar cada pequeña decisión a los tribunales… e incluso los jueces y fiscales, que yo creía que eran nuestros, empiezan a complicarnos la vida paralizando los proyectos de externalización… tenemos montado un atasco fenomenal,  y no sabemos ya ni qué hacer…  

·         Ya veo… pues el odio va a venir de este callejón sin salida aparente…
·         ¡Es cierto… puede ser eso!… ¿y qué solución habría?

·         ¿Quizás alejarse del conflicto buscando un lugar más apacible y adaptado a sus capacidades e intereses?
·         Qué buena idea ha tenido, Doctor… se lo voy a decir a mi Presi a ver qué le parece…

·         Excelente idea
·         ¿Cuánto le debo por la consulta?
·         Nada… está usted en la Sanidad Pública… que por ahora sigue siendo universal, gratuita, y abierta a todos… incluidos políticos accidentados, enfermos o desquiciados…  




  

jueves, 5 de septiembre de 2013

Todos se equivocan menos Lasquetty

Me gustaría llegar a tener la certidumbre y seguridad en sí mismo que exhibe y derrocha el Consejero de Salud de Madrid, Sr. Fernández-Lasquetty.

Este señor lidera un amplio plan de externalización-privatización de hospitales que no tiene precedentes en España (ni fuera). Cuando le aplauden por ello, se jacta de ser un gran innovador, a fuer de liberal consecuente. Cuando le llueven las críticas se refugia en lo contrario, aduciendo que no es una novedad, y que todos, particularmente los socialistas andaluces, hacen lo mismo, aunque de forma vergonzante. Pero tiene razón cuando afirma que nadie se ha atrevido a realizar antes un proceso de traspaso de activos del ámbito público al privado, de la importancia cuali-cuantitativa  que tiene esta reforma (más de un millón de madrileños afectados directamente, y un 18% de la población).

La diferencia entre una innovación y una ocurrencia no está clara. Pero no parece que esta decisión se madurara ni política ni técnicamente. De hecho, en el programa electoral de 2011 no había ni rastro; en aquel año el “Modelo Madrid” se exhibía con orgullo, y consistía en mostrar los nuevos hospitales mixtos que combinaban una empresa pública sanitaria con una empresa privada para servicios generales externalizados. Y también de la libre elección absoluta, por la cual era el paciente el que decidía en qué hospital deseaba ser atendido. 

Lo que fue motivo de orgullo en 2011, se olvida y niega en 2012 con el llamado “plan de sostenibilidad” de diciembre. Los hospitales mixtos ya no valían y había que pasar la empresa pública a la gestión privada a toda velocidad; y se establecía un contrato capitativo que actuaba de “corralito” para el encuadramiento de la población en relación al hospital externalizado, otorgándole el control económico de todo su gasto sanitario.

Cuando se pregunta a los políticos del Partido Popular de Madrid sobre esta súbita conversión a la “externalización”, las respuestas van desde lo ideológico (preferencia política respaldada por la mayoría absoluta) a lo pragmático (por la crisis y el maltrato fiscal que España hace con Madrid que lleva a hacerlo a regañadientes y como medida de ajuste). En ambos casos, la pertinencia de la medida debe ser juzgada por datos de eficiencia social (gasto en función de resultados en salud, servicios, calidad y satisfacción). El brusco y radical cambio exige, además, que la carga de la prueba sea aportada por quien quiere introducir estas trasformaciones. Y la debilidad e inconsistencia de la información económica ha sido clamorosa a lo largo de este proceso tan tortuoso como conflictivo.

La radicalidad de las medidas, las prisas, y el desinterés por dar explicaciones (es lo que tienen las mayorías absolutas) llevó a un rechazo enorme a las medidas de reforma, que tuvo varias señales distintivas: unificó a toda la oposición política, las organizaciones sindicales, y, además, reclutó masivamente a trabajadores sanitarios que plantearon una movilización sostenida (marea blanca) y activó un insólito movimiento de médicos.

La movilización médica fue masiva e incluyó tanto a los jóvenes como a los más mayores. Para los más jóvenes, posiblemente fue la gota que colmó el vaso de la proletarización profesional y el maltrato laboral: simplemente les parecía inaceptable la perspectiva de pasar de depender de directivos apacibles en los hospitales públicos, a tener como jefes a empresarios comerciales hiperactivos, que buscan el beneficio y tienen instrumentos reales de penalización laboral o despido. La convicción de que la buena medicina precisa de alternativas distintas a una meso-gestión recrecida, con el peligro de comportamientos inclementes por el ánimo de lucro, lleva a la protesta masiva y a la alianza con los pacientes, que son los que también y en mayor medida están en situación de riesgo ante los sesgos de las nuevas reglas de juego.

Los médicos mayores, muchos de ellos protagonistas de la gran modernización de los años 70 y 80 de la medicina hospitalaria española (hoy en la recta de la jubilación), se muestran cada vez más enfadados por el maltrato profesional y la erosión de los servicios de sus queridos (y también criticados) hospitales. En efecto, ya la operación de apertura de hospitales nuevos desde 2007 se produce en buena medida favoreciendo la movilidad desde los grandes hospitales de Madrid: en algunos casos es correcta y corrige sobredotaciones; pero en otros casos se desviste a un santo para vestir a otro.

Y esta dinámica se generaliza, y va consolidando la tendencia a usar los grandes hospitales como sumidero de entropía del sistema; todo lo que falta o sobra de los nuevos hospitales se coge o se tira de los grandes. La crisis presupuestaria desde 2010 lo agrava: porque los centros en régimen de concesión tienen blindado su presupuesto, y por ello las reducciones deben hacerse con los centros de gestión directa (les toca su parte y la de los vecinos). El enfado es evidente, lo que lleva en período pre-electoral a que la Consejería de Salud monte un extraordinario proceso de participación de especialidades médicas para la creación de planes estratégicos; lo bueno es que esta vía mantiene entretenidos a los líderes profesionales; lo malo es que la desatención posterior a su trabajo y esfuerzo conduce a la desilusión y la hostilidad; y este malestar es finalmente cosechado cuando se anuncia el plan de sostenibilidad, con privatizaciones no anunciadas, y con medidas tan estrafalarias como la conversión del Hospital de la Princesa en un insólito geriátrico de alta especialización.

La desafección de la profesión médica se completa con una jubilación exprés en 2013 de los auténticos pioneros de la sanidad pública española, cuya prórroga de jubilación queda abortada de un día para otro, y sin ningún tipo de consideración o agradecimiento a su contribución. Un daño injusto e innecesario.   

Con este bagaje, y contra viento y marea, la Consejería persevera en lanzar unos pliegos para el concurso de externalización-privatización. Su lectura detallada produce mayor preocupación, porque evidencia una enorme improvisación, y crea riesgos claros para las finanzas y el servicio público. Por ejemplo, plantea un curioso modelo capitativo, en el cual las empresas adjudicatarias pasan a custodiar todo el gasto sanitario público de la población protegida que se le asigna; las áreas sanitarias que quedaron abolidas en 2009, reaparecen ahora como método de asignación de recursos económicos; como son hospitales pequeños, la parte del per-capita que usa el hospital (pacientes del área atendidos en su hospital) no es muy grande, y deja una fuerte suma de dinero para compensar las derivaciones a otros hospitales (pacientes del área, atendidos en otro hospital); esta suma de dinero la retiene la empresa hasta que sea compensada el siguiente año (regalo financiero innecesario e injusto).  ¿Quién deja de percibir este dinero?: de manera formal el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid, que debe actuar de modulador financiero en los pagos; pero, de manera real, los hospitales de gestión administrativa, que acaban teniendo que soportar en su presupuesto la merma de recursos para atender a la demanda (tanto la propia como la derivada por los hospitales privatizados): al estrangular la financiación de los grandes hospitales se deteriora la asistencia de los pacientes propios, pero también de la alta especialización de todos. Sólo florece la salud financiera de los hospitales privatizados.

Y el concurso plantea unas cuantías heterogéneas e inmotivadas: no explica porqué un habitante de Vallecas o de Aranjuez tienen asignados per-cápitas diferentes; y por supuesto no hay análisis de costes históricos o series históricas de datos de derivaciones inter-centros.

Y, finalmente, se diseña un trasvase de personal concebido para aligerar costes a las nuevas empresas, y concederles todos los grados de libertad posibles para que reduzcan ulteriormente más costes salariales y de personal. Para los sanitarios fijos del servicio público (funcionarios y estatutarios) se ofrece un éxodo a destinos inciertos (o el sometimiento a la nueva autoridad hospitalaria); para los interinos y eventuales queda la rendición incondicional o el destierro al desempleo.

En estas condiciones no es de extrañar que se vayan produciendo recursos e impugnaciones en todas las líneas de acceso al poder judicial. Y otras Consejerías de sanidad (incluidas las del mismo signo político) ante semejante desmesura, optan por trazar cortafuegos para no verse afectados por un conflicto in crescendo.

La apertura de los sobres en el concurso aporta nuevas sorpresas: emparejamiento perfecto entre ofertas y hospitales (cero solapamientos, y cada oveja con su pareja). La competencia entre empresas puede parecer perfecta en su formalidad administrativa, pero se revela como inexistente cuando se observan estos resultados prácticos: por mucho menos que eso los tribunales de la competencia sacan la tarjeta amarilla o roja. Las probabilidades de que tres empresas se adjudicaran 6 hospitales sin chocar en ningún caso, es menor que el 1%... si se tratara de pruebas de parternidad, cualquier tribunal diría que sin lugar a dudas ha habido un padre institucional de esta criatura.

Todo esto aderezado de modificaciones del concurso para hacerlo menos gravoso… para las empresas, reduciendo dramáticamente las finanzas en pleno proceso de presentación de ofertas; lo que además revela poca consideración y respeto para aquellas empresas que no estuvieran previamente involucrados en el selecto pool de solicitantes. Y cual tragicomedia aparece un adjudicatario pintoresco procedente de ultramar, al parecer altamente especializado en surfear contratos y eludir cargas fiscales; los empresarios sanitarios privados españoles se santiguan al ver como compañeros de viaje estos nuevos competidores, que al parecer entran a concursar sin haberse leído bien los pliegos, como atestigua la peregrina idea de desarrollar turismo sanitario para Marruecos desde la plataforma de los hospitales externalizados…

A estas alturas la Comunidad de Madrid está en plena fuga hacia adelante; no importa que el plazo de depósito de fianzas termine; se alarga a conveniencia para que entre el último de los tres concursantes… tampoco importa mucho que la adjudicación exprés equivoque los CIF de las empresas nuevas, poniendo el de las viejas constructoras… error administrativo.

Y llegó la nueva suspensión cautelar del Contencioso-Administrativo con los calores de Septiembre y el aroma de vuelta al cole; coincidiendo con el discurso del estado de la región. Y ahora resulta que los magistrados y jueces, cuando no dan la razón a la Consejería de Salud hacen política y son indignos.

A estas alturas todos se dan cuenta de la senda impracticable que ha ensayado la Consejería de Salud; van a la contra de todo el mundo; y o no se percatan (difícil), o les da lo mismo (sorprendente), o no son capaces de sacar la pata una vez que la han metido (el pecado de la soberbia y la vanidad siempre acecha). Para los que no crean en las anteriores explicaciones, siempre queda recurrir a los intereses personales y el efecto deletéreo que tienen las “amistades peligrosas” en el mundo de la política. No pretendo ofender, pero el currícula de anteriores Consejeros llevaría a cualquier hombre justo y prudente a hacer un escrutinio de las salidas laborales en los próximos cinco o seis años de los actuales promotores de la actual privatización; por supuesto que presentaré mis excusas si mis malos pensamientos no se concretan (lo que deseo fervientemente).

La situación recuerda al automovilista que conducía en sentido contrario por una autopista, y pensaba que todos estaban equivocados. Alguien debería corregir el rumbo; a ser posible antes de que los electores lo hagan. ¿No queda sentido común en el Partido Popular de Madrid?

Cierro estas reflexiones con unos párrafos de gran nivel discursivo del auto de suspensión del Tribunal Contencioso Administrativo de Madrid, de 2 de Septiembre (el subrayado es mío).

Al margen de que esta cuestión [que la gestión privada de la asistencia sanitaria reduciría costes] resulta una incógnita en el momento actual (existen datos sobre países en los que la gestión privada de su sistema sanitario no ha supuesto un ahorro por, entre otros factores, la interposición de más operadores) y al margen, también, de que no se entienda bien cómo los responsables de la Administración, encargados de la gestión pública de este servicio esencial, asuman sin más su incompetencia para gestionarlo con mayor eficiencia, lo cierto es que, en un supuesto tan particular como éste, asiste la duda al plantearse si el interés general se concreta en ese ahorro de costes que proclama la Administración o si, por el contrario, el interés general demanda el mantenimiento del sistema que ahora se pretende cambiar.

Pues eso; que los que se declaren incompetentes para gestionar el servicio público de salud, que dejen este sector a los muchos que creen que la gestión pública no es el problema sino la solución. La buena gestión del servicio público es el reto; y la reactivación del profesionalismo sanitaria es el instrumento. La solución está en la micro-gestión responsable, no en la meso-gestión comercial.